Una vez apagadas las llamas y cuantificadas las pérdidas, cubiertas en la mayoría de los casos por los seguros particulares, se abordó la recuperación de los terrenos. En tan solo un año, la vegetación de monte bajo ha vuelto a brotar y en algunos puntos ya crecen nuevos árboles, sobre todo eucaliptos. En terrenos como la cuesta de Parres, el Principado ejecuta labores de recuperación ambiental, como la retirada de arbolado muerto y la creación de estructuras de contención, y en las plantaciones forestales de El Franco que pudieron salvarse se realizan talas. Con todo, se quiere aprovechar la necesidad de actuar en los montes para evitar que vuelva a ocurrir. Eso pasa por desarrollar el potencial económico de los bosques.
¿Qué aprendimos con la catástrofe?
Es el jefe de servicio de Montes de la Consejería de Medio Rural, Dictinio Belloso, quien lo resume: «Los montes que tienen un aprovechamiento económico no queman. Nadie tiene interés en quemar lo que da dinero». El debate sobre una nueva ordenación forestal también lo ponen sobre la mesa los alcaldes: «En Asturias, la gran asignatura pendiente es el aprovechamiento forestal. Tenemos una gran potencialidad y hay que dedicarle tiempo», afirma Cecilia Pérez. En el mismo sentido, el alcalde parragués, apunta: «Si algo positivo tuvo todo lo que ocurrió en diciembre de 2015 es para centrar la mirada en cómo gestionamos el monte. Es un problema muy complejo, pero sí hay que revisar lo que hacemos con nuestros montes y la necesidad de poner recursos en esa dirección».
Para avanzar por ese camino, «lo principal es que desde el medio rural se vea el valor que tenemos infrautilizado en los montes y relacionar desarrollo rural, economía y trabajo con el medio rural», apunta el decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales de Asturias, David Barroso, quien tiene muy claro que lo del pasado diciembre puede repetirse ante el escenario «de continuidad total de combustible» que hay en los montes.
Esa acumulación de matorral se debe, según apunta, al abandono de las técnicas tradicionales de gestión de los montes, un argumento que defienden también Mercedes Cruzado, de COAG, y Xuan Valladares, portavoz de Asturias Ganadera, muy críticos con la política de acotamientos: «Se nos culpabiliza de los incendios y no se dan cuenta de que los que estamos arriesgando todo somos quienes estamos donde está el fuego y que si no se deja entrar a los animales, lo único que va a crecer otra vez es la maleza, materia prima para el próximo incendio», sostiene la primera, que lamenta también la prohibición de quemas controladas o desbroces por parte de los ganaderos. Valladares comparte el planteamiento: «Hay que ir a la raíz y hacer una gestión del monte que evite la matorralización. La administración no nos permite a los ganaderos empoderarnos de la situación con quemas o desbroces ni lo hace la propia administración. Por eso, vamos a tener esto de forma recurrente hasta que alguien ponga cordura en el asunto y el fuego vuelva a ser un esclavo y no un amo», advierte.
Recuperación de la vegetación en los montes del occidente asturiano
Reconstrucción de una casa en El Franco
La limpieza de los montes es una demanda que comparte el sector forestal: «Tratamos que cada año se invierta más en limpieza, en cortafuegos, en desbroces… Si hay más prevención y una gestión forestal sostenible, evitaremos que esto vuelva a ocurrir», señala Iván Castaño, presidente de la Asociación de Propietarios Forestales de Asturias (Aprofoas), que recalca que la oleada de incendios de diciembre representó pérdidas «muy difíciles de recuperar a corto plazo» ya que «se van a necesitar bastantes años en que las plantaciones alcancen la edad de corta».
La eliminación de maleza de los montes también la demandan los particulares que se vieron rodeados por las llamas. De hecho, es una garantía de seguridad para afectadas como Encarnita García o Cristina Suárez, vecinas de Soto de Agues (Sobrescobio), que niegan haber tenido miedo a pesar de que las llamas que cubrieron la ladera tras sus casas quedaron a escasos metros: «Impresionaba, pero miedo no pasé, por la seguridad de que está todo muy limpio».
A esas actuaciones de prevención, el proyecto presupuestario del Principado para 2017 reserva 3,5 millones de euros. Irán destinados a trabajos relacionados con masas forestales y se sumarán a otros 7,5 millones que se gestionarán a través de ayudas para plantaciones y tratamientos selvícolas. Este esfuerzo inversor incrementará una medidas que «normalmente funcionan», asegura Belloso. No obstante, subraya que «limpiar toda Asturias es imposible» y que «lo de diciembre fueron actos absolutamente criminales. Aquello era imparable. Qué más da que hagas prevención si el fuego cruza la autovía del Cantábrico. En estos casos, la única forma de evitarlo es que el incendio no comience».
Antes y después de la catástrofe
Mueve el selector hacia la izquierda o derecha para descubrir las diferencias en La Fresneda (Siero) y El Franco
Al margen de la situación de los montes, la experiencia de diciembre también puso a prueba los protocolos de emergencia que, en palabras del jefe de área de Bomberos del SEPA, «mejoramos en ese momento», con la unión, «en la misma mesa», de representantes de distintos servicios con el fin de agilizar la difusión de información interna que permitiera una mejor distribución de recursos.
Pero por encima de todo, la tragedia puso de manifiesto la solidaridad de los vecinos. Por un lado, de quienes colaboraron en la extinción de los incendios con los medios a su alcance y, por otro, de los que se volcaron con los numerosos actos solidarios que han reunido 35.000 euros para los damnificados de El Franco. «De ese terrorífico incendio surgió una oleada tremenda de solidaridad. Fue lo bonito de lo malo que fue el fuego», destacó la concejala Victoria Zarcero.
Esa unión quedará en el recuerdo de muchos, como también el resplandor de las llamas. Para quienes las vieron y quienes no, este domingo se inaugura junto al complejo cultural As Quintas de La Caridad el ‘Contenedor de la memoria’, una pieza modelada por el fuego que se descubrirá tras una ruta a pie por las zonas más afectadas por el fuego, que comenzará a las 9.30 horas. El objetivo es mostrar que la vida vuelve a brotar tras la devastación y recordar, en palabras de Emilio García, «el compromiso que tenemos con esta sociedad y este planeta», porque ante estos desastres, advierte Cecilia Pérez, «no perdemos de lo nuestro, perdemos de lo de todos».